METODOLOGIA
El TAT se aplica en dos sesiones. Diez imágenes se presentan al sujeto cada vez. Ciertas imágenes son comunes a todos los sujetos, otras son especiales para niños o adultos, para uno u otro sexo. Cada lámina lleva impreso en el dorso un número y algunas, además, una o dos letras. El número indica el orden correlativo en que se presentan las láminas, a la vez que las letras, correspondientes a las iniciales inglesas, precisan su destino: B = Boy, muchacho; G = Girl, niña (hasta 14 años); M = Male, hombre y F = Female, mujer. Cuando se combinan dos letras, ello indica que la lámina está destinada a ser usada con ambas categorías de sujetos. Por ejemplo, 3BM indica que es la tercera lámina a ser aplicada a examinados de sexo masculino (muchacho u hombre); 13MF, que es la decimotercera lámina a ser aplicada en sujetos adultos (hombre o mujer); etc.
De esta forma, de las 31 láminas sólo se aplican 20 a cada sujeto, debido a las variantes.
Algunos examinadores aplican las 11 láminas restantes (que en rigor no correspondería aplicar), en una tercera sesión, como prueba complementaria.
Las imágenes están constituidas por dibujos, fotografías y reproducciones de cuadros o grabados. El significado de las imágenes es ambiguo y a menudo el dibujo es esfumado. Doce láminas representan una figura humana sola de distintas edades, estando representados ambos sexos. En siete hay dos personas del mismo sexo; cuatro muestran dos personas de sexo opuesto, de edad ya similar, ya diferente. Una lámina representa a tres personas (dos mujeres, un hombre); otra a varios hombres juntos; dos más a un joven o una chica evocando o contemplando una escena con varios personajes; tres láminas representan paisajes más o menos fantásticos sin figuras humanas; una (Nº 16) está completamente en blanco: favorece la proyección de la imagen que el sujeto hace de sí mismo.
Actualmente se lo considera uno de los instrumentos idóneos para la investigación de la dinámica de la personalidad, sobre todo en lo que
respecta a la manifestación de las relaciones interpersonales de un
sujeto, y a la apercepción o
interpretación significativa que dicho sujeto
hace
de su
ambiente (Bellak, 1990).
La técnica está compuesta por una serie de 31 láminas con personajes humanos de distinto
sexo y edad, en situaciones de interacción y escenarios diversos.
A los sujetos se les pide relatar historias sobre algunas de las láminas, con lo cual se supone que revelan su apercepción (interpretación) personal,
individual de los estímulos intencionalmente ambiguos.
En realidad,
según Bellak (1993) cada
respuesta
al
TAT
estaría
implicando tres
aspectos de la
conducta:
1) Expresivo: se refiere a los aspectos formales,
al estilo cognitivo.
Por ejemplo, un sujeto usará frases
largas, con
muchos adjetivos; otro,
frases cortas en una
secuencia estrictamente lógica, etc.
2) Adaptativo: se refiere a la adaptación
a la
naturaleza “objetiva”del estímulo, puede interpretarse como
evidencia
de funcionamiento
de la Prueba o Criterio de Realidad
del Yo del entrevistado.
3) Proyectivo: se refiere a la distorsión aperceptiva del estímulo. El grado en que cada respuesta particular se aleja del ajuste a las características objetivas del estímulo, y trata de sobreimponer
al mismo
su propia forma o "gestalt".
La técnica se basa en dos tendencias psicológicas, que según Murray, serían comunes a la mayoría de
las personas:
a) la tendencia de la gente a
interpretar una situación
humana ambigua en base
a sus experiencias pasadas y necesidades presentes (wants); y
b) La tendencia a "narrar"
las propias experiencias y a expresar los sentimientos y necesidades, concientes
o inconscientes, tal
como
aparece en los "narradores"
o escritores.
El primero de los fundamentos revela el
efecto determinante del pasado sobre las reacciones y
conductas
presentes y
recoge claramente
la influencia del Psicoanálisis.
Sobre el segundo, la tendencia a narrar las propias experiencias, no creemos que represente a
todos los sujetos por igual. No todas las personas, sino más bien, un grupo cada vez más reducido de ellas, es el que está dispuesto a bucear en sus propias vivencias. Por
otro lado, poseer los recursos intelectuales indispensables para
poder
expresar verbalmente
y "relatar" a
otros las experiencias
propias, resulta
también propio de un grupo específico
de personalidades
pero no del conjunto
de ellas.
Previniéndose
de tales restricciones
el diseño original de la técnica dispone
de dos tipos de consignas, una aplicable a sujetos de inteligencia media o alta, y otra, adecuada a personas con menor nivel intelectual y/o psicóticos. De lo que se desprende que cualquier estrategia diagnóstica que incluya al TAT, deberá ser precedida por una evaluación de la capacidad intelectual del sujeto al que se aplique
el instrumento.
Las láminas del TAT deben ser presentadas como
un test o una tarea de imaginación. Al respecto,
Murray (1937) se pregunta, ¿No sería lo mismo pedir al sujeto que “invente una historia”? Y ofrece una serie
de argumentos a favor de las láminas, a saber:
1) las
láminas favorecen
el desarrollo de
la imaginación
2) sirven
para forzar al sujeto a enfrentar algunas situaciones humanas
“clásicas” (basado
en la concepción psicoanalítica de la universalidad
de las fantasías fundantes).
3)
Tienen la ventaja de constituir estímulos estandarizados y permitir así la comparación entre sujetos. Y agrega, que la validez de la interpretación se
verá incrementada si la mayoría de las historias muestra sujetos del mismo
sexo y de
edad “contemporánea” al entrevistado.
A continuación, transcribiremos la composición
de los estímulos y las consignas, tal como figuran en el diseño original publicado en
el Manual del TAT.
Materiales:
Contiene tres sets de 10 láminas cada uno Hay láminas para
hombres (adultos y niños), para
mujeres (adultas y niñas) y para ambos sexos.
Las láminas de la segunda serie son más dramáticas
y bizarras que las de la
primera.
Se
requieren dos sesiones de por lo menos una hora de duración separadas por
un día o más.
Si se lo va
aplicar a un adulto al que nunca le tomaron una prueba
psicológica, conviene primero
tomar algún test de inteligencia o tarea menos exigente. Con chicos es conveniente trabajar primero
fantasías verbalizadas, a partir de la inclusión de juguetes.
La atmósfera de la situación
de test debe
ser favorecedora para que
el paciente pueda
desplegar su creatividad en el momento, recordando que ésta no puede
aparecer voluntariamente, ni puede
florecer forzadamente
en un
ambiente
intelectualmente
rígido, distante,
o agresivamente
crítico de los resultados del sujeto.
Murray
sugería al paciente
acostarse en
un diván para favorecer el libre
fluir de la imaginación y las
asociaciones acerca de las láminas, con el terapeuta detrás, remedando
el encuadre psicoanalítico.
Las láminas le eran retiradas a los
5 minutos, trabajando como
si fueran “restos
diurnos”.
APLICACION
La prueba de apercepción temática se aplica en dos sesiones, a razón de 10 laminas en cada una, seleccionadas según los criterios señalados anteriormente. El sujeto debe estar tendido en un diván, mientras el entrevistador se ubica fuera de su campo visual.
Se le indica al sujeto que se presentaran una serie de laminas y que en base a ellas deberá formar una historia que contenga un pasado, un presente y un futuro, enfatizando lo que los personajes estén sintiendo o pensando.
El entrevistador tomará nota textual de lo que el sujeto diga, incluyendo las observaciones que realice. Deberá abstenerse de intervenir en el relato y solamente realizar preguntas que sean necesarias para la posterior interpretación.
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